Risco nº 3
6.500€
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2020, Pieza única
Técnica mixta sobre tela, 195x130cm
Obra montada sobre bastidor
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Descripción
Esta obra de arte contemporáneo nos envuelve en una experiencia visual que parece estar al borde entre lo tangible y lo etéreo. A primera vista, la pintura presenta una compleja red de líneas y manchas que se entrelazan para crear una sensación de caos organizado.
Una de las cualidades más impactantes de esta pieza es su juego de contrastes, tanto en la paleta de colores como en las texturas que, en esta obra, es una característica clave que define su identidad visual. La técnica utilizada sugiere una combinación de capas de pintura sobrepuestas y técnicas de raspado o desgaste, lo que crea un efecto visual de profundidad y complejidad. Las grietas y fisuras en la superficie parecen imitar las formaciones naturales de la tierra, evocando una sensación de antigüedad o de una naturaleza que ha sido desgastada por el tiempo. Esta elección técnica no solo aporta dinamismo, sino que también invita al espectador a contemplar las múltiples capas de la realidad, tanto visuales como conceptuales.
La paleta de colores está dominada por tonos fríos y neutros, con predominio de blancos sucios, grises y algunos matices de azul y verde que se filtran tímidamente por entre las capas de color. Los tonos oscuros, casi negros, que aparecen en algunas áreas, aportan un contraste dramático que intensifica la sensación de profundidad y de misterio, como si algo estuviera oculto bajo la superficie, esperando ser descubierto.
Los toques de color que surgen esporádicamente —un verde esmeralda, un azul turquesa— pueden interpretarse como signos de vida o de esperanza en un entorno que de otro modo sería austero y silencioso. Este uso comedido del color brillante actúa como un respiro visual, sugiriendo que incluso en los paisajes más inhóspitos, hay posibilidades de vida y belleza.
Este cuadro de arte contemporáneo es una invitación a la contemplación y a la reflexión. A través de su textura y su paleta de colores, Sienra logra crear una atmósfera que es a la vez serena y cargada de misterio. No proporciona respuestas fáciles ni una narrativa directa, sino que más bien deja espacio para el cuestionamiento y la exploración. Es una obra que, al igual que un paisaje visto desde la distancia, cambia y revela más detalles cuanto más tiempo se pasa observándola, haciendo de cada mirada una experiencia única y personal.
Gama cromática
La gama cromática de esta pieza de arte contemporáneo es fundamental para entender su impacto visual y emocional. La elección de colores y su distribución a lo largo de la obra contribuyen a crear una atmósfera particular que invita al espectador a la reflexión y a la interpretación personal. Estos son los colores predominantes y su connotación dentro de la obra:
Blanco Suaves y Grises Claros: Los tonos de blanco suave y gris claro dominan gran parte de la composición, sugiriendo una sensación de calma y quietud. Al mismo tiempo, estos tonos claros crean una atmósfera de reflexión y contemplación, invitando al espectador a perderse en la textura y a explorar las capas más sutiles de la pintura. Esta elección cromática podría estar sugiriendo la idea de lo efímero y la impermanencia, características de los paisajes y los estados mentales que son difíciles de retener.
Negros y Grises Profundos: Los negros y los grises oscuros se utilizan estratégicamente en la obra para aportar profundidad y contraste que, al sugerir áreas de sombra o vacío, crean una sensación de misterio e intriga. Estos tonos oscuros, en combinación con las áreas más claras, crean un dinamismo visual que hace que esta obra de arte contemporáneo parezca estar en constante movimiento o cambio, como si estuviera reflejando un paisaje que se está transformando ante nuestros ojos.
Azules y Verdes: Los azules y verdes que se encuentran en algunas áreas de la obra son suaves y dispersos, pero su presencia es significativa. En esta pieza, los azules son suaves y matizados, lo que podría interpretarse como un reflejo de introspección o calma interior. Los verdes, por otro lado, sugieren la presencia de vida y crecimiento, aunque de manera sutil y contenida. Estos colores funcionan como puntos de esperanza o renacimiento en un paisaje que por lo demás podría parecer desolado o inerte.
Marrones y Ocres: Aunque no predominan tanto como los otros colores, los marrones y ocres aparecen en ciertas áreas de la obra, añadiendo una capa de calidez y conexión con la tierra. Estos colores terrosos sugieren estabilidad, solidez y una conexión más visceral con el mundo natural. En contraste con los blancos y grises, los tonos marrones y ocres pueden representar lo tangible y lo duradero, equilibrando la sensación de inestabilidad o transitoriedad que emanan los colores más claros.
En su conjunto, la gama cromática de esta obra de arte contemporáneo puede interpretarse como una exploración de la dualidad entre lo visible y lo oculto, lo efímero y lo eterno, lo sereno y lo tumultuoso. Esta ambivalencia cromática refuerza la naturaleza abstracta de la pintura, permitiendo una gama amplia de interpretaciones y conectando con el espectador en un nivel profundamente emocional y subjetivo.