Oquedad
Evocación de la obra de José Antonio Sienra
La oquedad los une y los separa a la vez.
A ella la alberga pero, al tiempo, la encarcela. Tiene la sensación de haber estado ahí en otras ocasiones; demasiadas…quizás.
Está ¿asustada? ¿o tal vez resignada porque ya ha encontrado las repuestas que buscaba?
Él, abocetado, muestra cierta inseguridad, cierta soledad insegura. Trata de escapar pero, duda.
La “lucha” se ve reforzada por las pinceladas amarillas y celestes y por el gran arco que tienen sobre sus cabezas: a él, se la corta por la mitad; a la de ella, la convierte en el foco de atención.
La masa verde que envuelve a ella parece anteponerse ante una amenaza o quizás ya se está defendiendo de los robustos y luminosos trazos horizontales de la derecha que se disponen, sin duda, al ataque directo.
A pesar de la tensión entre una parte y otra, la composición proporciona sensación de equilibrio producida por una parte, por la forma en cruz de la arruga central de la tela que intenta alcanzar el pico más claro del arco y elevarlo a la máxima espiritualidad y por otra, por los trazos que se empiezan a vislumbrar en un horizonte ligeramente elevado.
A estos se suman las posiciones: la ondulante diagonalidad de ella, se enfrenta a la potente verticalidad pétrea de él que, ante la grieta que pugna por ascender y dividir el cuadro por la mitad, se pregunta….¿qué estamos haciendo?…¡con lo corta que es la vida!
Publicaciones General